El miedo al cambio, al diálogo y a la crítica
Coinciden en el tiempo la realización de este ejercicio de conversación sobre el país —Nuestra Mesa— con diferentes situaciones sociales en el mundo y en Chile que parecieran desafiar nuestras creencias, normas y códigos sociales.

Coinciden en el tiempo la realización de este ejercicio de conversación sobre el país —Nuestra Mesa— con diferentes situaciones sociales en el mundo y en Chile que parecieran desafiar nuestras creencias, normas y códigos sociales. Y precisamente en tiempos de cambio, es bueno detenerse y hacer un esfuerzo por distinguir aquellos elementos que podemos —y en algunos casos debemos— someter a escrutinio para construir una mejor sociedad, de aquellos valores o ideas que queremos, por el contrario, que sin perjuicio de los cambios, perduren en el tiempo. Para hacer este discernimiento, se hace necesario combatir tres temores, muy habituales en la naturaleza humana: el miedo al cambio, el miedo al diálogo y el miedo a la crítica.
Si uno lograse enfrentar este tiempo de cambio sin temor a lo nuevo (y ojalá con esperanza), sin prejuicios y sin ponerse a la defensiva, estaríamos actuando, de alguna manera, con esa libertad con la que actuó Jesús. Qué mejor ejemplo de quien desafió —con un discurso potente y a veces sin miramientos— a un orden establecido, precisamente en nombre del amor y de la dignidad. Lo hizo de manera valiente y desprendida, promoviendo cambios. Resaltó lo fundamental y nos hizo volver a lo importante: el respeto a todas las personas, el amor como sustento de la sociedad. Jesús generó en sus enemigos de la época precisamente esos temores, lo que terminó en su Pasión.
Como ciudadanos y como cristianos tenemos hoy una oportunidad precisamente de enfrentar los miedos de manera desinteresada, y de recordar y consensuar lo importante. Con mucho diálogo, sin apegos terrenales que nos alejan del otro. Por eso es bueno sentarnos todos en la misma mesa a conversar, y no puede haber un momento más adecuado para hacerlo. La dignidad humana, la igualdad, la pobreza, la mujer, la ancianidad… No solo son temáticas urgentes, sino que también son parte de las enseñanzas del Evangelio de hace 2000 años.
Javier Peralta, Integrante de la mesa “Tejido social y convivencia”