La Virgen del Carmen en exposición R@stros
"Se argumentará que no es la Virgen del Carmen sino una santa inventada por la fantasía del autor. Argumento poco feliz si de verdad comprendemos el poder secreto de una imagen y su poder simbólico".

Sr. Director:
Me había resistido a escribir una carta con motivo de la obra de Mauricio Toro Goya en la exposición R@stros en la XII versión del Festival de las Artes de la Región de Coquimbo patrocinada por el Ministerio de las Culturas. Me refiero a la imagen de la Virgen del Carmen vestida de negro, con los ojos vendados y maniatada y de cuyo traje penden 15 fotografías de víctimas de violaciones a los DD.HH. Me resistía porque supuestos “objetos de arte” buscando escandalizar y provocar solo son capaces de arrancar un bostezo. El arte más progresista y de “vanguardia” ha convertido la aberración estética en norma cotidiana de vida y que, de tanto en tanto, quieran alcanzar notoriedad trastornando el ambiente con una obra que genere conmoción pública incitando al odio o repudio de una buena parte de la población. El arte actual se jacta de ello y lo ve como un valor. La crítica contemporánea ha adoptado una visión positiva de los actos de demolición u ofensa de valores arraigados, de los que ciertas imágenes son portadoras, como una faceta más de la creatividad artística. Los medios hacen el resto y el cóctel está servido.
Se argumentará que no es la Virgen del Carmen sino una santa inventada por la fantasía del autor. Argumento poco feliz si de verdad comprendemos el poder secreto de una imagen y su poder simbólico. El acto de atentar contra una imagen, en el fondo no hace sino mostrar el enorme poder que ésta tiene. Es así como nos explicamos el derribo de estatuas y monumentos a partir del 18-O. Lo que de verdad se le está haciendo a la imagen es un ajuste de cuentas por lo que sus instituciones hicieron o debieron hacer. La feliz formulación de san Juan Damasceno en el siglo VIII de que «la honra tributada a la imagen se traspasa al prototipo», también funciona en sentido inverso, pues su deshonra también se traspasa al prototipo. Cabe recordar además que la iglesia fue señera y ejemplo de valentía, a través de su Vicaría de la Solidaridad cuando se trató de proteger a personas perseguidas bajo la Dictadura Militar. La Virgen María ha sido fuente de consuelo, dulzura y esperanza en el mundo creyente, es camino para alcanzar a Cristo y modelo de perfección humana. No ataquemos lo que es digno de venerar. El amor es la única fuerza capaz de transformar creadora y vitalmente a un mundo tan golpeado e infectado mientras esté conectado al respirador artificial del odio.
Cristián León González
Doctor en Historia del Arte
Vocero de voces Católicas