Cada 13 de mayo se realiza una tradicional peregrinación que venera al crucifijo con la imagen de Jesús denominado Señor de la Agonía, que posteriormente se hizo conocido como Cristo de Mayo o Señor de los Temblores, el cual está ubicado en la Iglesia de San Agustín, en Santiago Centro. Esta figura tiene una historia rodeada de mitos y creencias populares que comienzan 375 años atrás, cuando el terremoto más grande y destructivo azotó a la ciudad de Santiago, el 13 de mayo de 1647.

En dicha oportunidad, el enorme sismo provocó graves daños a las construcciones en varias ciudades del país. En Santiago, sólo algunos muros de la Iglesia donde se ubicaba esta imagen lograron mantenerse en pie, uno de ellos era precisamente el que sostenía al Señor de la Agonía, el cual debido al fuerte movimiento sufrió la caída de la corona de espinas hasta el cuello, algo físicamente imposible, así que se atribuyó a un milagro.

Posteriormente al terremoto, el obispo agustino Gaspar de Villarroel acudió al lugar para catastrar las pérdidas, fue aquí cuando notó que la figura continuaba firme en la pared y con la corona en su cuello. El obispo intentó devolver la corona a su lugar, y según cuenta la leyenda se produjo de inmediato una réplica del terremoto. Desde entonces, el crucifijo se ha mantenido intacto y solo con cambios en su vestuario, a fin de honrar la figura. Además, comenzó a ser venerado, se convirtió en el patrono de la ciudad de Santiago y la procesión del Cristo de mayo pasó a ser una tradición que congrega a muchos feligreses.

El mito popular dice que cada vez que no se camina con el también llamado «Señor de los temblores», hay un movimiento sísmico en Chile. Antes de las suspensiones debido a la pandemia por el Covid-19 desde 2020, en 1959, 1984 y 2009 fueron las únicas tres veces en que no se realizó la procesión y un año después se registraron los terremotos de 1960, 1985 y 2010.

Este año se confirmó que la peregrinación nuevamente fue suspendida y se realizará sólo una misa solemne a las 17:30 horas. Esta figura se puede visitar durante todo el año en la Iglesia de San Agustín, ubicada en Estado 180.