31/05/2023
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La belleza de lo gris

Ante el ambiente en que estamos viviendo como país, muchos católicos han tomado la opción de replegarse sobre si mismos. El miedo que les da que toquen su fe y principios los mueve a asumir

Ante el ambiente en que estamos viviendo como país, muchos católicos han tomado la opción de replegarse sobre si mismos. El miedo que les da que toquen su fe y principios los mueve a asumir esta actitud. Sin embargo, basta pescar el Evangelio para notar que Jesús navegó en medio del mundo apuntando precisamente a las periferias. Las argumentaciones extremistas de “siempre” o “nunca” se dan en muy contadas ocasiones, mirar en blanco y negro nos aleja de la realidad. La mayoría de las veces nuestras vidas se desenvuelven en el gris, con toda la riqueza de los matices.

Aunque los medios y el ambiente nos den la sensación de que estamos sumergidos en un gran crisis que atenta contra los valores católicos, que es cierto, hay que saber mirar más allá. No hay duda de que en esa masa de gente sin nombre, que se nos presenta como enemigos hay muchos que tienen sed de interioridad y espiritualidad y que no comparten nuestra fe. Se trata un gran grupo de buenos seres humanos que tienen fragilidades, como todos!.  Tal vez si nos pusiéramos en sus zapatos y tratáramos de entenderlos mejor, podríamos compartir con ellos la alegría del Evangelio y aportar hacia una sociedad más dialogante. Para eso hay que ser valiente, arremangarse y moverse en todos los ambientes dando algo de luz.

El tema de los abusos en la Iglesia claramente ha deteriorado nuestra “imagen pública” y este descredito hace que no sean muchos los que quieran acercarse. Es una herida muy grande y como todas las heridas requiere tiempo a nivel personal y social para cicatrizar. Mientras, así están las cosas. Los tiempos de crisis hay que usarlos para crecer, profundizar y mejorar. Duele ver el dolor de católicos que piensan que ya no queda mucho que decir acerca de la Iglesia y deciden vivir la fe a puertas cerradas. Citando a Gertrud Von Le Fort  “Hay ciertas flores que sólo florecen en el desierto; estrellas que solamente se pueden ver al borde del despoblado. Existen algunas experiencias del amor de Dios que sólo se viven cuando nos encontramos en el más completo abandono, casi al borde de la desesperación”. Tal vez en medio de este ambiente de dificultad para los católicos podamos encontrar un inmenso tesoro.

María de los Ángeles Errázuriz
Fundación Voces Católicas

Fuente: La Tribuna

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