Multitudinaria Fiesta de la Resurrección en el centro de Madrid: «Celebramos el amor y la vida»
La Asociación Católica de Propagandistas colapsa la plaza de Cibeles con un concierto en el que participan Carlos Baute, Andy y Lucas y el grupo Hakuna. Claudia celebró el viernes su cumpleaños, pero el verdadero regalo

La Asociación Católica de Propagandistas colapsa la plaza de Cibeles con un concierto en el que participan Carlos Baute, Andy y Lucas y el grupo Hakuna.
Claudia celebró el viernes su cumpleaños, pero el verdadero regalo no lo tuvo hasta este sábado. Con las 12 velas recién sopladas, es la primera vez que sus padres (aunque la vigilan a pocos metros) la dejan salir ‘sola’ con sus amigas a un concierto. «Ojalá sea un fiestón», dice la adolescente en la plaza de Cibeles a primera hora de la tarde. Quedan pocos minutos para que escuche las canciones de Carlos Baute, Andy y Lucas, Hakuna, Juan Peña y Grilex, artistas invitados a participar en la Fiesta de la Resurrección, un concierto organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) en el centro de Madrid.
La asociación cifra en 20.000 los asistentes. Poco a poco, la plaza comienza a llenarse, rodeada por un amplio dispositivo de seguridad. Desde las 17 horas, la zona se ha cortado al tráfico rodado y también a los peatones, al menos, entre la Puerta de Alcalá y la plaza en la que se ha situado el escenario, para proteger el aforo y la seguridad de los presentes.
«Es un día para celebrar el amor y la vida», confiesa Josefina, que acude junto a su nieto pequeño, Álex, de 7 años. «Y mira qué día, qué sol. Parece un mensaje para haber venido hoy», opina la mujer, aunque revela no conocer a todos los grupos.
«Sé que hay un rapero. De él no me sé ninguna canción. Pero oye… Seguro que me gusta», dice, entre risas, sobre Grilex y revela su «predilección» por Hakuna, una asociación privada de fieles que nació en 2012 con la intención de que los jóvenes se preparasen para la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro. Hace pocos meses consiguieron llenar con 8.000 personas el palacio de Vistalegre y esta tarde han anunciado la publicación de un libro.
A ellos vienen a ver Marcelo y Carmen, hermanos, porque la plaza de Cibeles ha sido este sábado el epicentro de reunión de muchas de las familias en Madrid, sobre todo, de las católicas. «A ver si salen pronto», dice la niña a sus padres, impaciente y bajo un sol que quemaba a las 19 horas. El concierto se retrasaba, pero el maestro de ceremonias intentó animar a los miles de asistentes. «Falta gente por llegar, pero os aseguro que va a ser el eventazo de vuestras vidas», cuenta el presentador Nachter, un tiktoker.
El objetivo de la Fiesta de la Resurrección era «romper con la tendencia de los católicos a estar en su cueva», en palabras del presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de Mendoza, según recoge Europa Press. «Y llevar el catolicismo a centro de la ciudad». «Los católicos tenemos que ser alegres, es la insistencia del Papa, y tener una presencia en la vida pública», agregó Bullón de Mendoza. La iniciativa, que cuenta con apoyo de los obispos madrileños, el nuncio e, incluso el ánimo del Papa, parte con la previsión de celebrarse en nuevas ocasiones.
Pasados poco más de quince minutos de la hora prevista, la música ha invadido la plaza de Cibeles, con el rap de Grilex, el primero en actuar. «Canto, canto para todos mis hermanos», ha entonado el rapero, que ha continuado con ‘La fe se encuentra’. Antes de esto, Nachter ha afirmado haber recibido una carta del Papa. «Una persona que no está en cuerpo pero sí en alma», dijo. «Canten al Señor, que su voz la conozca todo el mundo. Si quien canta reza dos veces, no se olviden de cantar por mí», ha leído el tiktoker, en palabras según él enviadas por Bergoglio.
A mitad del evento, una sorpresa inesperada: la presencia del cardenal arzobispo Carlos Osoro, que ha otorgado la bendición de Dios a todos los congregados en esta cita musical. «Esta es la juventud del Papa», ha coreado la plaza tras la presencia de Osoro. Y Cibeles cantó, obedeciendo al Papa Francisco y alzando los brazos hacia un escenario que pedía «ser testigos del amor de Dios».