17/04/2024
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¿En qué consisten los procesos de beatificación y canonización?

El Papa Francisco estableció la fecha de canonización de diez beatos para el domingo 15 de mayo. A raíz de este acontecimiento es importante destacar en qué consisten y cómo se llevan a cabo los

El Papa Francisco estableció la fecha de canonización de diez beatos para el domingo 15 de mayo. A raíz de este acontecimiento es importante destacar en qué consisten y cómo se llevan a cabo los procesos de beatificación y canonización. María Loreto Cruz Opazo, Vocera y Teóloga licenciada en Ciencias Religiosas en la Pontificia Universidad Católica de Chile, nos detalla cuáles son los pasos y requisitos. 

“La beatificación proclama a la persona como siervo de Dios porque ha vivido heroicamente todas las virtudes que el Espíritu Santo le permitió planificar como fruto de la gracia de Dios, mientras que la canonización declara solemnemente que una persona ha vivido una vida santa a tal grado de plenitud que puede ser puesta como ejemplo de santidad para todo el pueblo de Dios, no sólo para su iglesia local o comunidad que lo conoció, sino para la Iglesia universal”, explica la experta. 

¿En qué consiste el proceso de beatificación?

El proceso de beatificación tiene por objeto realizar una investigación exhaustiva de la vida y obra de una persona con fama de santidad, para que pueda ser venerada como modelo de vida y ayude a otros fieles a seguir a Cristo.

¿Cuáles son los requisitos que se deben cumplir para beatificar a una persona?

Es necesario determinar si esa persona ha practicado heroicamente las virtudes, es decir, si vivió una vida santa haciendo lo ordinario que correspondía a su estado de vida en forma extraordinaria: por amor a Dios y a todos los demás. Además, el proceso incluye acreditar un milagro a través de su intercesión.

¿Quién hace la petición de la beatificación y cómo es el proceso?

En primera instancia a quién fomenta la causa se le llama ‘actor’ porque origina la petición y, asume la responsabilidad moral y económica. Puede ser: un Obispo, las personas jurídicas de estructuras jurisdiccionales como parroquias, comunidades religiosas o asociaciones de fieles admitidas por la autoridad eclesiástica, incluso puede ser una persona particular que tenga la capacidad de garantizar la promoción de la causa. En segunda instancia, el ‘postulador’ a nombre del ‘actor’, deberá preocuparse de investigar y recoger toda la documentación pertinente para sustentar e impulsar la causa. (…) Para ello, presentan a la Congregación para las Causas de los Santos (CCS) un informe sucinto sobre la vida y virtudes del candidato que una vez aceptado se comienza a llamar ‘Siervo de Dios’ para confirmar el nombramiento de la causa en curso. También es necesario nombrar un ‘notario’ para la autentificación de la declaración de los testigos y de las actas del proceso; y nombrar por lo menos dos ‘teólogos censores’, que sin saber el uno del otro, deben estudiar los escritos publicados del Siervo de Dios para comprobar que no hay afirmaciones contrarias a la doctrina y la moral de la Iglesia Católica. Finalmente, el proceso continúa en el Vaticano ante la CCS que suma ocho teólogos censores más dirigidos por el ‘promotor de la fe’, quienes emiten el juicio definitivo sobre la causa si la investigación acreditó suficiente mérito y se demuestra un milagro por la intercesión del venerable Siervo de Dios, para que pueda ser beatificado.

¿Qué requisitos se deben cumplir para que el proceso de canonización ocurra? 

«Los santos y las santas han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia» (exhortación apostólica Christifideles Laici 16, 3) por eso en casos que esta verdad es evidente, la Iglesia Católica se ha saltado el procesos y plazos necesarios. Un ejemplo notable es el sacerdote Maximiliano Kolbe; y, junto con él, todos los mártires a lo largo de la historia de la Iglesia. El testimonio de muchos estimula la santidad de otros, así se vive la comunión de los santos donde la ‘iglesia militante’ o peregrina recibe la ayuda de la ‘iglesia triunfante’ o que está en beatitud, es decir, que ya ve ‘cara a cara’ a Dios. 

Una vez establecido que un Siervo de Dios, ha vivido en fidelidad a la gracia de Dios heroicamente sus virtudes, y además se acredita que ha obrado un segundo milagro, sucedido con fecha posterior a la beatificación, el Santo Padre con la recomendación de la Congregación para las Causas de los Santos, aprueba el decreto de canonización. “El fin de dichas causas es recoger las pruebas para alcanzar la certeza moral acerca de las virtudes heroicas o del martirio del Siervo de Dios del que se pide la beatificación y la canonización” (Instrucción Sanctorum Mater, art. 1 §2).

Sólo recordar que más allá de protocolos, procesos y pasos a cumplir, la gracia de Dios actúa maravillosa y gratuitamente más allá de la Iglesia Católica también, existen los ‘santos de la puerta de al lado’ como dice el papa Francisco: se refiere a todos los cristianos heroicos que permanecen en el anonimato porque no han sido elevados a los altares, pero son quienes dan muestra en el aquí y ahora del sumo bien y fueron encarnación del amor de Dios para con todos sus hermanos sin excepción.

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