Mujeres valientes
Acabamos de conmemorar otro aniversario del 8M y, mientras era testigo de diversos actos y manifestaciones que se hicieron ese día, muchos de ellos con un abierto tono de revancha, no podía dejar de pensar

Acabamos de conmemorar otro aniversario del 8M y, mientras era testigo de diversos actos y manifestaciones que se hicieron ese día, muchos de ellos con un abierto tono de revancha, no podía dejar de pensar en cómo se integra la conmemoración con el hecho de que todo el hemisferio norte tiene casi un único punto de mira: las armas nucleares de Putin.
Quizás sirva recordar que en 1914 se realizó la primera celebración oficial del día de la mujer en algunos países de Europa. Además, muchas mujeres se manifestaron en contra de la guerra en torno a ese día. Es aún más llamativo que el 8 de marzo de 1917 se produjeran una serie de manifestaciones espontáneas de las mujeres rusas que protestaban por el fin de la guerra (y en contra de la monarquía).
Las imágenes que hemos visto en los últimos doce días de guerra -la primera en la historia con esta cobertura mediática- me han dejado clara una sola cosa: la violencia solo acarrea más violencia, odio y revancha. Y esta cadena apocalíptica de reacciones destruye la vida y las esperanzas de todos, sin distinción alguna.
Los primeros días de la guerra, escuché en múltiples ocasiones la expresión: “no hemos aprendido nada”. Y quizás es verdad: no hemos aprendido que “matar al macho” no es lo que conducirá al #niunamenos y que justificar la violencia a cualquier nivel es condenar a la humanidad a su desaparición. Pero, la verdad, creo que las mujeres, sí hemos aprendido mucho, creo que somos valientes y fuertes y más que suficientemente creativas para defender lo que creemos sin escaladas de violencia, a diferencia de Putin que sí que no parece haber aprendido nada.
Patricia Olivares. Médico y vocera de Voces Católicas