¿Quién fue Jérôme Lejeune?
Recientemente el Papa Francisco otorgó el título de venerable a Jérôme Lejeune, un médico francés, que murió en 1994 luego de padecer una larga agonía a causa del cáncer. Pero, ¿qué hizo Jérôme en vida

Recientemente el Papa Francisco otorgó el título de venerable a Jérôme Lejeune, un médico francés, que murió en 1994 luego de padecer una larga agonía a causa del cáncer. Pero, ¿qué hizo Jérôme en vida para merecer tal reconocimiento?
Luego de titularse como médico, comenzó a trabajar en el Centro Nacional para la Investigación Científica, el más importante de Francia, lugar que dirigiría 10 años más tarde. Trabajando en ese lugar descubrió la primera anomalía cromosómica en el hombre: la trisomía 21, más conocida como Síndrome de Down.
Pero no fueron sus descubrimientos científicos los que volvieron su vida en un ejemplo, o al menos no fueron lo que explica su veneración y la fascinación que generaba y genera hasta el día de hoy. Lo realmente importante fue cómo conjugó ciencia y fe. Lejos de apartarlo de sus creencias, los descubrimientos científicos lo acercaron y comprometieron aún más con los más vulnerables y sobre todo con la defensa de la vida.
Lo hizo de forma práctica trabajando cada día en el hospital Necker-Enfants Malades de París con niños con Síndrome de Down y sus familias. Lo hizo de forma cercana, humilde, entregando amor, dignidad y valor a los cientos de pacientes que trató. No extraña entonces saber que en su funeral uno de sus pacientes, Bruno, le dedicara esta frase: “Por causa suya, estoy orgulloso de mí”.
Recibió reconocimientos en distintas partes del mundo, sin embargo también tuvo que nadar contra la corriente, sin titubear en sus convicciones, se opuso tenazmente a la llamada “proposición Peyret”, proyecto que buscaba la legalización del aborto en casos de malformación embrionaria. Su trabajo y convicción científica lo llevaron a intervenir en foros y debates alrededor del mundo defendiendo la vida de los más débiles, oponiéndose al aborto que consideraba un homicidio y optando por aquellos seres humanos que eran vistos entonces como defectuosos.
La dignidad del hombre y la belleza de la vida como convicción. Dos ideas o conceptos que él hizo carne, incluso al final de sus días cuando tuvo que hacer frente a un cáncer que lo llevó al extremo de sus capacidades. Un epílogo que quedó muy bien retratado en el libro que escribió su hija, 10 años después de su muerte y que relata su recorrido en vida. El título del libro no pudo estar mejor elegido: El amor a la vida.
El 21 de enero el Papa Francisco lo reconoció como venerable para la Iglesia Católica “por haber vivido las virtudes cristianas de manera heróica”. Su proceso de beatificación comenzó en 2007.